jueves, 19 de noviembre de 2009

Parafraseando a Bach


Anton Webern, compositor de vanguardia en el siglo XX dijo, no exento de razón, que "todo sucede en Bach". No es de extrañar, sus más de mil obras (1127 oficialmente catalogadas hasta el momento) así lo testimonian. Bach es Dios, diseñador y arquitecto de todo un universo formal, armónico y contrapuntístico. En Bach se alcanza el paroxismo barroco: multitud de voces o partes que se mueven y desarrollan independientemente para, en conjunto, constituir un todo exultante en el que todo encuentra su lugar encajando a la perfección, como la sofisticada maquinaria de un reloj suizo.

De todos modos creo que, igualmente, todo o casi todo está ya dicho al respecto de este genio de la música. La bibliografía referida a él es extensa y no se ha escatimado en palabras, artículos, opiniones... Bach a día de hoy, casi 260 años después de su muerte, sigue estando en el candelero. Así que probablemente el mejor tributo y la mejor manera de comprender tácitamente de lo que se está hablando sea recuperando, una vez más, el legado que nos dejó a todas las generaciones posteriores a él, pero también a las venideras que nos tomen el relevo cuando nosotros ya no estemos aquí. Yo, personalmente, lo considero uno de los motivos por los que la desaparición del género humano supondrá una tremenda pérdida. Todavía queda para que eso ocurra, pero esta música bien vale un lamento anticipado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es complicado encontrar bibliografías decentes.