jueves, 14 de enero de 2010

Retrospección



Hoy era día de limpieza de ordenador. No por fuera. De haber sido así no podría hablar de ello como de algo extraordinario, o al menos no más extraordinario que cualquier otra tarea cotidiana, semanal o no. Lo cierto es que he estado reorganizando la carpeta de Mis Documentos. Supongo que a todos nos ocurre: uno va creando, escribiendo, indagando... y, a no ser que se revisen los archivos con cierta periodicidad, termina habiendo demasiadas cosas, no siempre ordenadas, no siempre útiles y no siempre actuales.

Eliminando cosas de aquí y de allá he dado con un documento que quería publicar antes de deshacerme de él irrevocablemente. Podríamos hablar de un viaje al pasado, de una especie de cápsula del tiempo capaz no solo de evocar a una velocidad frenética todo lo que he avanzado desde que se creó, sino de recordarme todo lo que aún me queda por recorrer. Tanto por lo uno como por lo otro he de sentirme profunda y sinceramente agradecido.

"No sé si soy la primera persona en la Tierra que se ha planteado alguna vez viajar a la Chipampa a cursar la carrera de traducción e interpretación de español en lugar de quedarse en nuestro país con la carrera de química a medias. Dios libre a los arquitectos, ingenieros aeronáuticos, de caminos, aeroespaciales, de obras públicas, de cestería y cualquiera de sus variantes, pero la carrera de química también tiene su tela. Estamos de acuerdo en que probablemente un estudiante de química duerme más que un arquitecto o ingeniero, estamos de acuerdo en que su vida seguramente no gira al 98% en torno al mundo de la química, y estamos de acuerdo en que terrenos como el de la topografía y el cálculo de estructuras no los pisa ni por espejeras, pero la carrera de química también tiene su tela. Y llámese vector de fuerzas, llámese función de partición, al fin y al cabo ¿no estamos hablando de lo mismo? La respuesta es no.

Todo el asunto venía a que uno puede elegir estudiar algo sencillo o algo complicado, queda al criterio de cada cual hasta qué punto cuentan las salidas profesionales, la vocación personal o el futuro sueldo en complicarse la existencia más o menos con unos estudios u otros. Lo que no está bien es que yo me vaya a otro país para matricularme en asignaturas de español y le quite la matrícula de honor a un pobre niño que se ha matado estudiando (por cierto, detengan a esa rusa, me ha quitado la matrícula). Y sí, seguramente pueda achacarse al resentimiento, que no me queda poco todavía, pero mirándolo desde una perspectiva neutral, hay cosas que no se deben hacer."

No hay comentarios: